martes, 28 de junio de 2022

 ¿A cuántas personas hemos dejado abandonadas en estaciones de esperas del viaje hacia delante del tren de nuestra vida?


PENÉLOPE

Fue una tarde de primavera,

y fui caminante que hizo camino

y encontró cobijo en el calor de tu pecho.


Te vi desde la ventanilla del vagón,

sobre tus zapatitos de tacón

y mi promesa se vistió de sauce desnudo

aquella tarde plomiza de abril.


Triste en la espera

de mi imposible regreso,

siento el brillo de tu mirada

cuando llega a la estación

el pitido de un tren ajeno.


Pasaron los inviernos

y su color se posó en mi sien

ahora pude volver, marchita la historia,

cargada la maleta de vital equipaje.


Tu sonrisa me destrozó,

el mismo bolso de piel marrón,

sobre los mismos zapatitos de tacón,

pero yo no soy a quien esperas.


Y vuelvo a partir

con la maleta de piel marrón vacía de ti,

y el recuerdo de Penélope.


jueves, 23 de junio de 2022

Signemos contornos, abramos el debate, desmenucemos el binomio guerra-paz; la ruptura es el medio, la paz solo fin.

En nuestro tiempo, nidal de los grandes cambios, en la apariencia controladora del hombre sobre la perfecta redondez de su círculo, se reinicia el ámbito completo de la historia, dicotomía eterna, la que nunca acaba. Se repropone cauta y nuevamente empieza y, mientras, el progreso que es siempre la panacea, traza enfático la línea temporal del esbozo de un pacífico futuro.

La paz será el final útil de los conflictos, pero nunca será el medio, lo permanente es la guerra.

La paz es tan solo el período vivido entre guerra y guerra.


GUERRA Y PAZ

Danzan Eirene y Ares,

espalda con espalda,

alzan el vuelo sus pies

sobre el tapiz perlado y alpino

de la morada de la argiva Europa.

 

Aire que ya es pólvora,

que ahuyenta los sueños,

fingida la luz solar

que ahora nace de un estruendo;

la mano que yace inerte, y una alianza.

 

Danzan si mirarse

Ares de ojos azules,

Eirene, pelo trigueño,

suena al compás de Stravinski

un poema de Tarás Shevchenko.

 

La discordia es alba,

manzana que ya es pólvora,

y el lagrimal de sus mares

a la ilusión humana ahoga,

tiñe de vanos anhelos sus aguas.

 

Un morlaco blanco

con ínfulas de dios

y la lujuria de humano,

viene a raptar a la princesa,

la lleva sobre sus hombros a cuestas.

 

El llanto de un niño,

el trino que no se oye,

el gato que ya no maúlla,

saben a pólvora quemada

¿Hablamos de paz? ¡nadie nos escucha!


sábado, 11 de junio de 2022

¿Cuántas ilusiones nos dejamos por el camino? ¿Cuántas promesas incumplidas, cuántos castillos en el aire? ¿Cuánto equipaje sin usar nos dejamos en la maleta de viaje que guardamos en el altillo de nuestra mente?

LA MALETA

 

Yo tengo una maleta que quería ser baúl,

acompañante de la farándula,

guardadora de secretos y telas usadas,

rosas deshidratadas entre los folios de un contrato

y la ropa interior, que alguien no se puso,

un día cualquiera.

 

Quería oler a tablas de escenarios,

a boleros y tangos, aún el último

aunque no fuera en París,

o aprehender, entre sus correas elásticas,

una nariz de payaso

y un saxo de color blanco.

 

Yo tengo una maleta que quería ser baúl,

para que no la guardaran

en el altillo lúgubre de un armario,

en la eterna espera de un imposible viaje.

 

Mi maleta es de cuero marrón, clásica

y chapada a la antigua, incluso clasista,

menosprecia a las sansonites

por su carencia de personalidad propia.

 

Incluso, una vez, prefirió ser mochila

prestada a un amigo hippy

que la llevara a las playas ibicencas,

pero el hippy era demasiado hippy

y el cuero marrón no casaba con los verdes.

 

Un viaje nunca emprendido

con el que aún sueña.

 

Tengo una maleta en el altillo

que quería ser baúl de la farándula.

 

A veces, en las noches de verano

del ropero se oye, tenue, un quejido.

¿Se habrá quedado encerrado el gato?

abro y rebusco entre la ropa inerte:

nada,

una y otra noche: nada de nada.


lunes, 6 de junio de 2022

 Hoy es el día internacional de l@s niñ@s inocentes victimas de agresión, que no se yo quien es el ponenombres que  pone los días, ¿es que acaso hay algún nIñ@ que no sea INOCENTE?. Que ajenos vivimos a lo que ocurre en el mundo, pues bien, yo me he propuesto que, al menos hoy, dejemos esa cómoda ajenidad y seamos conscientes de los datos y conscientes de que cada dígito es un o una niñ@ agredid@.

Violencia sexual: Alrededor de 120 millones de niñas menores de 20 años en todo el mundo (alrededor de 1 de cada 10) han experimentado relaciones sexuales por la fuerza u otros actos sexuales forzados, y 1 de cada 3 niñas adolescentes de 15 a 19 años que estuvieron alguna vez casadas (84 millones) ha sido víctima de violencia emocional, física o sexual por parte del esposo o compañero.

La prevalencia de la violencia por parte de la pareja es del 70% o superior en la República Democrática del Congo y Guinea Ecuatorial, y se acerca al 50%, o lo supera, en Uganda, la República Unida de Tanzania y Zimbabwe. En Suiza, un estudio nacional de niñas y niños de 15 a 17 años realizado en 2009 encontró que el 22% y el 8%, respectivamente, habían sufrido al menos un incidente de violencia sexual con contacto físico. La forma más común de violencia sexual para ambos sexos fue la victimización a través de Internet.

Homicidio: una quinta parte de las víctimas de homicidio en todo el mundo son niños y adolescentes menores de 20 años, lo que representó cerca de 95.000 muertes en 2012.

El homicidio es la primera causa de muerte entre los hombres de 10 a 19 años en Panamá, Venezuela, El Salvador, Trinidad y Tobago, Brasil, Guatemala y Colombia. En Nigeria se produce el mayor número de homicidios infantiles, 13.000. Entre los países de Europa Occidental y América del Norte, la tasa más alta de homicidio se produce en los Estados Unidos.

Bullying: algo más de 1 de cada 3 estudiantes de entre 13 y 15 años en todo el mundo sufren actos de acoso escolar; en Samoa, la proporción es de casi 3 de cada 4.

Casi una tercera parte de los estudiantes de 11 a 15 años de Europa y América del Norte dijeron que habían intimidado a otros: en Letonia y Rumania, casi 6 de cada 10 admitieron haber intimidado a otros compañeros.

Disciplina violenta: alrededor de un 17% de los niños de 58 países están sujetos a formas graves de castigo físico (golpes en la cabeza, las orejas o la cara o golpes duros y repetidos).

Más del 40% de los niños de 2 a 14 años sufre castigos físicos graves en el Chad, Egipto y Yemen. A escala mundial, 3 de cada 10 adultos creen que el castigo físico es necesario para criar bien a los niños. En Swazilandia, el 82% dijo que el castigo físico era necesario.

Actitudes hacia la violencia: cerca de la mitad de todas las adolescentes de 15 a 19 años (alrededor de 126 millones) creen que está justificado que un marido golpee a su esposa en determinadas circunstancias. La proporción se eleva al 80% o más en el Afganistán, Guinea, Jordania, Mali y Timor-Leste.

En 28 de 60 países con datos para ambos sexos, una mayor proporción de niñas que de niños creen que golpear a una mujer está a veces justificado. En Camboya, Mongolia, Pakistán, Rwanda y Senegal, hay el doble de posibilidades de que las niñas crean que a veces está justificado que el marido golpee a su esposa, en comparación con los niños. Datos de 30 países sugieren que alrededor de 7 de cada 10 niñas de 15 a 19 años que han sido víctimas de abuso físico y/o sexual nunca han buscado ayuda: muchas dijeron que no pensaban que se tratara de maltrato o no lo consideraban un problema.

“A menos que nos enfrentemos a la realidad que cada una de estas estadísticas representa —la vida de un niño al que se le priva el derecho a una infancia segura y protegida– nunca vamos a cambiar la mentalidad de que la violencia contra los niños es normal y admisible. No es ninguna de las dos cosas”.



NIÑEZ LACERADA

 

No es mármol jaspeado,

la veta de color es una falla

en la blanca superficie del mineral.

 

Ni la arena mojada de sal

tiene el mismo color que la arena seca

ni el cielo sin nubes

mantiene su celeste sin tacha

cuando la estela del reactor lo hiere.

 

No es la misma palmera,

la que se queda vencida

al paso del huracán

ni es el mismo el amigo

ni el enemigo

ni el amante

ni el hermano al que se insulta

por vez primera.

 

No son los mismos ojos inocentes,

ahora mirada perdida,

futuro desierto sin luz

de la niñez.

 

¡No me lo toquen!

¡No me la toquen!

¡Aparten de ella ese cáliz!

¡Aparten de él esa condena!

 

La niñez ha de volar libre,

navegar libre,

correr libre,

pasear por los albores de la vida

sin encontrar el ogro,

o el lobo,

o el malo de los cuentos.


miércoles, 1 de junio de 2022

No nos damos cuenta, inventamos dioses justificando nuestra existencia y nos engreímos en ser tan grandes que no sabemos encajar, en nuestra razón de humanos, que tan solo somos frutos del azar, de una caprichosa casualidad química. Materia que cobró vida y tomó conciencia de ser, polvo de estrellas que la pura evolución ha trastocado hasta convertirse en imagen y semejanza de alguien, cuando solo era algo. O ¿tal vez no?.


FRUTOS DEL AZAR

Digamos pronto lo que aquí nos trajo:

la sospecha del juego de la vida,

levedad, e inocencia primigenia

sorteando llanos, cimas y abismos.

 

Lo otro en nuestro discurso,

lo que ya nunca tenemos en cuenta

cuando nos creemos el As de picas,

aquello encerrado en su propio espacio,

—limitado espacio de una baraja.

 

Digamos pronto, antes que nos lo digan:

¡somos fruto de la casualidad!,

aquella indolente y azarina estrella

que desmonta dioses infantiloides

e inocencias de cielos prometidos,

como premio que sufre el universo

del juego poco serio

de algún Dios jugando a tirar los dados.

 ¿Y si pudieran ver los demás a través de nuestros ojos, sentir lo que nosotros sentimos, ser voz y parte de nuestros propios pensamientos? Quizás sea la única forma de sofocar la incertidumbre que provoca la incomprensión. Quizás podamos entender el porqué los otros ven colores diferentes a los que nosotros percibimos, y ahorrarnos explicaciones vanas para justificar nuestros propios actos, o tal vez sea más sencillo intentar mirar nosotros al través de los ojos ajenos y ver el mundo como el mundo nos ve a nosotros.

UN POEMA NACE DE REPENTE

No se pueden restañar heridas invisibles

Ni existe botón de reinicio para la vida

Ni se puede restaurar la sesión que ya avanza

al ritmo del duro acero que horada inclemente.

 

No es posible ver, al través de ojos exigentes,

si no soportan que los míos vean poesía,

ni que gocen, sueñen y sufran de otra manera,

versos que dictan mi sentencia: condena a muerte.

 

No quiero vivir en soledad esta Odisea,

mientras Penélope teje su manta indolente

y desteje cada noche, en su indolencia oscura.

 

Compongo, pobre incauto, entre el nublado y el relente,

sobre la mesa, una pena clama ser escrita,

y en el papel, un poema nace de repente.


 Es difícil emprender el viaje de la vida.

Por mucho que se crucen con el nuestro los caminos de otras vidas, siempre hacemos el viaje en solitario.  Enfrentamos obstáculos, nos marcamos metas a veces imposibles de traspasar, logramos objetivos, perdemos personas queridas, olvidamos amores y comenzamos a amar de nuevo, vamos perdiendo inocencia y ganando experiencia con cada paso que damos. A veces la confusión es tal, que no sabemos distinguir entre el sendero y el caminante, pero lo que nunca debemos olvidar es el camino de casa, la vuelta al punto de partida, nuestra identidad, lo que nos vincula a la naturaleza y los demás seres.


YA PUEDEN

Ya puede la oscuridad del mar

ser más negra que el vantablack,

confundir, incluso, al Leviatán

que se pierde en sus profundidades.

 

Ya puede el laberinto ser tan entrincado

que el propio Minotauro no encuentre la salida.

 

Ya puede existir un desierto

de arenas movedizas;

una galaxia de agujeros negros,

sin estrellas;

una mente obtusa,

un idioma ignoto;

un olor a muerte impregnando la piel;

un pasillo del terror de “El resplandor”.

 

Ya pueden escarbar tumbas para almas

en un cementerio sin noches,

cambiar el nombre de todas las calles,

o destruir ciudades

al paso de las botas marciales,

que yo siempre encontraré el camino a casa.


En esta última semana he hablado con un par de compañer@s en la poesía sobre el silencio. Es extraño que, cuando lo buscamos con intención, suele escabullirse y hacer tremendamente cara su adquisición. Sin embargo, cuando nos hace daño su presencia, o nos incomoda, o no la queremos, aparece y se pega a la piel con la fuerza de lo imprevisto. 

A mi me enamora el silencio para según que cosas, me gusta trabajar en silencio, escribir en silencio, leer en su compañía, meditar, el silencio del fondo del mar, el del campo en noche cerrada y estrellada... me gustan muchos silencios y voy a su caza y captura cada vez que puedo. Más hay un silencio que me abarca y me abate, un negro silencio que me desmonta y estrangula el alma y no es otro que el silencio de las ausencias.


Silencio

Yo no supe nombrarle

sin evitar que se desvaneciera.

Callé por demostrarle

—ora doma, ora fiera—

la razón profunda de esta quimera.

 

Si partiera a buscarle,

entre sombras de una noche cualquiera,

podría defraudarle,

siendo ingrata la espera

del que el compás de mis pasos altera.

 

Hueco que deja un beso;

razón de una palmada;

aire sin argumentos;

la lágrima que cae en la almohada.

 

Cruz de afines miradas;

labios que oculta el dedo;

un suspiro de amada;

las sordas paredes de mis lamentos.

 

A veces te suplico

y ya nunca te encuentro,

otras te temo, se teme lo extraño.

hijo de la soledad, del misterio,

me haces ganar el juego previo,

en el que competimos ella y yo,

al hacer el amor…

y huir tu nombre: Silencio.


El tiempo pasa, lo perdido no vuelve y los sueños no esperan...(Click sobre enlace o imagen para ver el videopoema) El tiempo pasa, lo perdi...