martes, 25 de octubre de 2022

 Pido disculpas por no haber cumplido a tiempo con el compromiso de publicar un videopoema cada finde. No he tenido tiempo, me lo ha ocupado el prólogo que he escrito del libro de un buen amigo: Ricardo Carpintero, cuyo título es "a volar , madre, a volar" y del que os encomiendo encarecidamente su lectura. Será presentado en la Biblioteca Provincial de Cádiz, el próximo día 10 de diciembre. sin más preámbulos, paso a presentaros mi tardío videopoema: "Soledad" un mal del que adolecen muchas personas de nuestro entorno y de lo que no nos damos ninguna cuenta.



Soledad

 

¿Porqué cuesta tanto decir tu nombre?

mi voz no abarca el cielo de sus letras,

eslabones de cadena que apresan,

la seda y la estopa, la pena y el goce.

 

Deambulo entre luces de neón

y me encuentro tu sonrisa en un vaso,

la olvidaste en el cajón de mis sueños,

a sorbitos consumo tu recuerdo.

 

Aún más fría es la alcoba vacía

si abro la puerta y me invade tu aroma,

o tu huidiza silueta desnuda

donando sentido y forma a las sábanas.

 

Tu nombre secuestró todas las letras.

las cosas carecen de identidad,

y nada, ahora, se llama como antes

ni existe diccionario o abecedario.

 

La casa es un universo de ti,

infinito de tu feroz presencia,

una galaxia de una sola estrella.

 

Mi voz no puede pronunciar tu nombre,

mis manos buscan caricias perdidas,

mi piel, el roce vivo de una piel.

 

Voy saltando teselas de la acera

sin invadir sus rayas divisorias,

te encontraré sentada en el sofá

y entonces diré tu nombre: Soledad.


 Este viernes se celebró, en el Espacio Literario Quiñones, un encuentro poético por la paz, el videopoema de este finde fue mi granito de arena para este evento. "El nombre de la paz".



EL NOMBRE DE LA PAZ

Deja de venderme auras espectrales

—no comercio con fríos traficantes—

menos aún si el producto son sueños.

 

Prefiero la simple albura del dhoti,

o un caritativo hábito marchito,

o la palabra negra asesinada

o encarcelada en inmundo apartheid.

 

No me despaches palabras vacías,

es más fuerte el silbido de las balas.

Un saco de promesas incumplidas

tatuó en mi frente incrédulas miradas.

 

Tierra removida, ausente de siembra,

ya no alimenta la flor guerrillera,

es sudario, es sudario, es un sudario.

 

Deja de ofertar esperanzas vanas,

no es a los dioses a quienes ofendes

es a la humanidad lesa y ufana.

 

No utilices el nombre de la paz en vano.


 El videopoema de este finde trata sobre la verdad desde el punto de vista de la filosofía, y más concretamente del de Ortega y Gasset. Porque, a veces, conviene plantearnos conceptos y, en este caso podemos preguntarnos ¿Que es la verdad?, ¿es mi verdad quizás o es , tal vez, tu verdad?...


VERDAD

Leyendo a Ortega

 

Soy el Buscador de lo desconocido,

la obra imperfecta del divino arquitecto,

el ser que es tan solo un punto de vista

en la inmensidad vacía del universo,

esa que siempre será conclusa mañana.

 

Soy meridional y mediador y observador,

la razón interpuesta a lo irracional,

el combate imprevisible entre verdad o vida

que arbitra impasible el pensamiento,

ese, esencia de la voluntad de lo vivo.

 

Soy un ángulo de lo real, y tú otro,

el número y el color, la forma y el sabor.

Soy, al mismo tiempo, ensayo e intuición.

 

Soy órgano único en la búsqueda,

como tú, de la verdad,

¿Cuál es la plenitud de su signo?

Santificada sea en su ausencia,

pues la verdad es amor,

la verdad absoluta es amor absoluto,

la mentira absoluta:

es odio que fabrica inconexión,

aislamiento y desligue,

atomatización del orbe,

desaparición del individuo.


 Este viernes tuvimos una nueva Tertulia de Puertas Abierta a la Imaginación, esta vez, dedicada a Federico García Lorca, en el 86 aniversario de su muerte, ocurrida en la aciaga madrugada del 16 de agosto de 1986. Disfrutamos de una tarde esplendorosa, llena de poesía, canciones, teatro e historias en torno a la figura del  gran poeta. Mi contribución fue en forma de silva poética, que constituye mi videopoema de este finde.


UNA SILVA PARA FEDERICO

 

Callar y quemarse, el peor castigo.

Cuando las cosas llegan a los centros

ya no hay quien las arranque.

 

Sobre tu cuerpo habrá penas y rosas.

 

Las cuencas de tus ojos,

el hueco de tu boca,

las falanges de dedos,

no serán ya más muerte, serán mar,

un mar sin ojeras que nadie agrande,

un mar fuerte y fecundo

en columnas de muslos

del templo de la sangre

—al que tú, Sansón de pelo azabache,

destruiste con un verso.

 

Yo digo: ¡no!, ¡no acabó la madeja

del te quiero y me quieres ¡

que tu amor te escribió al leer tu ruego

llenando de palabras tu locura.

 

Tu voz de gramola, luna y gacelas,

siempre regó la duna de mi pecho,

porque eras amor y hoy naturaleza,

porque no te encontraron,

que no, no te encontraron

y es que no te buscaron

en las entrañas vivas de poetas.

 

¡Silencio! habla bajito

que el niño de luna ya está durmiendo, y…

los verdes siguen buscando tu cuerpo,

¡silencio! guarda por siempre el secreto.


A veces la poesía se convierte en queja, en protesta en reivindicación, en grito sordo del poeta. Hoy, mi videopoema, está inspirado en el miedo y en la rabia, y en la impotencia.

Suenan tambores de guerra; la palabra que debiera desaparecer de todos los diccionarios, de todas las lenguas. 

La paz es prostituida con la firma en papel mojado de tratados y armisticios, y la tinta invisible de la pluma de los poderosos.

Una marioneta, el Batillo de Europa, siempre manejada por hilos ajenos, por las manos extrañas de América, Rusia o, cada vez más, China… y resulta que es el sitio donde vivimos y no podemos decidir sobre la suerte que corremos.




 

SIEMPRE EUROPA

 

La mar no es el enemigo, es camino.

Cobarde la emboscada del gabacho

que a estribor y babor cobra las vidas

del Marqués Cardeñosa y su galeón.

 

El velamen volando entre dos aguas,

perdidos trinquete, mesana y mayor,

escuálidos tripulantes y escuadra,

lucha con mendrugos y escorbuto

mueren de a diez en la bahía.

 

Ni la Paz de Westfalia,

ni la de los Pirineos

Treinta años de batallas,

siempre Europa

siempre la misma Europa, que se desangra,

 

Los cincuenta de Versalles

no taponaron profundas heridas

volcanes que supuran odios eternos

ojos que destilan venganzas incumplidas.

 

Ni los cuarenta y nueve de San Francisco

ni el Código de Nüremberg

ni los acuerdos del setenta y nueve de París

ni las brasas aún calientes de la guerra fría.

 

Ni la pluma sin tinta

que firma tratados y promete paz

 

Antes pedreros y falconetes y bombardas,

ahora drones y misiles intercontinentales,

siempre Europa

siempre la misma Europa, que se desangra,

El tiempo pasa, lo perdido no vuelve y los sueños no esperan...(Click sobre enlace o imagen para ver el videopoema) El tiempo pasa, lo perdi...