El pasado 28 de mayo, mes de las flores —no podía ser de otra manera— se nos marchó un andaluz universal, aunque hubiese nacido en Ciudad Real. Si él hubiera escrito su propio epitafio hubiera dicho: “no os molestéis, conozco la salida”, pues en sus propias palabras decía: “No me sorprende la muerte”.
D. Antonio Gala siempre fue, y sigue siendo, una referencia para mi y mi obra, una fuente inagotable, de filosofía y cultura, a donde acudo a beber en búsqueda de su líquida inspiración.
Valga el videopoema de este fin de semana como humilde homenaje de este aprendiz de poeta.
(Click sobre imagen o enlace para ver videopoema)
GALA
Ahora ya tendrás la voz serena,
sin ansiedades incumplidas
sin el gesto amargo,
sin pleamares que mojen la arena
ni labios que susurren a tu herida.
Ya no corre la sangre por tus venas
antes por siempre concurridas,
corazón amargo
ni salivas unánimes de penas
ni las manos que apresen una brida,
No debiera morir quien no supiera,
quien no copa la ausencia en su almohada,
esperando a la Parca con lo puesto
Aquel que cruza irónico la acera
de Laguna Estigia, urbana y asfaltada,
andando ya, su mente, entre los muertos.
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