Hace treinta años la sonda espacial Voyager II llegó a las inmediaciones de Neptuno e hizo una foto de nuestro planeta tierra. Este no era más que un puntito azul en medio de una inmensidad negra, qué poquito somos, ¡que insignificantes! y nos creemos el centro del universo.
Hay más de sesenta guerras activas en nuestro descerebrado mundo, la mayoría de ellas causadas por problemas fronterizos ¿Qué fronteras se divisan desde Neptuno?, esas líneas divisorias no son más que producto de la idiotez humana y cuanto sufrimiento y muerte han causado a lo largo de la historia.
Nos sorprendemos de una guerra en pleno siglo XXI, en el corazón de Europa, y no nos damos cuenta que la crueldad del ser humano forma parte de nuestra esencia.
Extrapolemos situaciones: ¿Qué nos pasa cuando conducimos nuestro coche y otro vehículo hace una maniobra que nos afecta?, pues si pudiéramos lo matábamos, ¿no?. ¿Qué les pasa a los ultras de los equipos de futbol, que son capaces de matar a un fan del equipo contrario?, ¿Qué a las pandillas de jóvenes que se dedican a dar gratuitas palizas a los más débiles o al diferente?, ¿Qué a las Maras, a las bandas latinas?,¿Qué le pasa al que tanto amor prometió a la misma persona que hoy maltrata y elimina?.
Es la misma crueldad y la misma psicopatía antropológica la que nos lleva hacia la destrucción de nuestra especie, ¿Habrá cosa más estúpida, habrá idiotez más grande?
Mi bandera es tricolor:
color cielo, mar y arena,
con un escudo cambiante
como aurora boreal.
El mástil que la soporta,
hecho de bosque y de mina,
forrado de hambre y miseria,
palo es, destino y fortuna.
Y tiene lengua oficial,
sones de todas las lenguas;
su himno es pura sinfonía:
silencio de manantial,
percusión de la tormenta,
trino de todas las aves,
el canto de las ballenas.
Tiene ejercito mi nación
con armas convencionales
de virús y de bacterias,
de lava, seismos y mares
y rayos y tempestades.
Su moneda no se acuña,
es de cambio natural,
su nombre es amor fraterno,
sin problema inflacional.
Su bandera es tricolor:
color cielo, mar y arena
carece de cualquier frontera;
mi patria se llama Tierra.
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