A veces las aguas no bajan mansas. A veces, a lo largo de la
convivencia, surgen desavenencias y desencuentros que nos llevan a pensar en
una guerra total; cuando en realidad no es más que una simple escaramuza. Nada
que no se pueda reparar con la pomada del amor y del deseo...
FUIMOS MAREA
Pliega las velas, el vendaval arrecia
y el pavoneo de tu goleta aturde.
Al desaire escudriñas.
Enfilas la proa rumbo hacia el vacío
que rebosa las lindes de nuestro mar.
Sentimental tsunami.
Nos cruzamos, tu babor con mi babor,
la urgente tempestad alivió el saludo.
Batalla de miradas.
Un disparo, desde el cañón de tu boca,
desarboló por completo mi cubierta.
Huérfano de defensas.
Quedé hundido, sin la bélica respuesta
de roncas palabras, sin versos ni tiempos.
El hiriente silencio.
Ardí en el valor de todos los deseos,
lancé mi cuerpo al abordaje del tuyo.
Fundidos fuimos marea.
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