Son sesenta y cuatro vueltas al sol las que cumpliré el próximo martes, 4 de noviembre. Aún me quedan ganas para dar muchas más, pero siempre en tu compañía, porque sin ti, nada tiene sentido.
Un nuevo giro, y van
sesenta y cuatro
desde que monté por primera vez
en este tío vivo de la vida.
Pagué en moneda de sudor y sangre
cada vuelta, cada acto del teatro,
cada nueva entrada, cada salida.
Canté todas las canciones,
sin importar los muchos desafines,
tanto leí como vivencias tuve,
más tantos versos compuse
tantos poemas propuse
que apenas me queda tinta en las sienes.
Ya no pierdo el tiempo en mirar atrás,
—mi mirada es tan tozuda y altanera—
al tiempo lo trato como a un igual
porque el tiempo es presente y nada más,
yo no miro más allá
del paso que no cruza la frontera.
No pretendo bajar del carrusel,
tengo aún monedas para Caronte,
todo cobra sentido al comprender
haber vivido para desearte,
hacerme hombre para libar tu piel,
y crear la miel de poder amarte.
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