Anoche, cuando tú soñabas sueño eterno, yo soñé este poema.
GLOSOLLAJE A ANTONIO MACHADO
Anoche, cuando dormías sueño eterno
con los ojos perdidos entre tus versos,
con la simiente dura de tus poemas,
por la vena del aedo entró Sevilla,
un patio, una luz vestida de azahares,
el rumor de un manantial de nueva vida,
madurado el aroma del limonero.
Anoche, cuando dormías sueño eterno,
sentí el Duero galopar por mis entrañas,
y fui el olmo viejo con las hojas nuevas,
con ramas llenas de ruiseñores pardos
guardando, en trinos, caminos y riveras,
mientras tu corazón sigue aún esperando.
un nuevo milagro de la primavera.
Anoche, cuando dormías sueño eterno,
sin las sombras vagantes de un santo amor,
con aroma exhalado por los rosales,
difuminados olores urbanitas
entre el poder de las pomas otoñales,
haré, por mi ventana, en loa al recuerdo,
levantar el vuelo suave a las palomas.
Anoche, cuando dormías sueño eterno,
soñé pasear por una blanca vereda
en la que la tierra velaba tu nombre,
el agua de una fuente lo rumoreaba,
yo comprendí el idioma de la natura,
quise tomar para mí tu propio nombre,
la fuente calló y yo entendí su silencio.
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