Somos tan poca cosa y tan importantes nos creemos, que una simple tormenta de verano nos pone en nuestro sitio. (Click sobre imagen o enlace para ver videopoema)
TORMENTA DE VERANO
La tarde se equivocó y se vistió de nubes,
la brisa, casi calma, tornó en temporal,
un cielo, azul matutino, quejó en graznido,
gaviotas volviendo al refugio de azoteas.
Se asoma la grevillea, por mi ventana,
colmada de alas de tórtolas y palomas,
que parecen buscar, en el árbol de fuego,
el refugio templado que le ha hurtado el día.
Muda quedó la plaza, sin voces infantes,
empieza a sonar un tintineo gris y húmedo,
desfilan, en tercien, las últimas sombrillas.
Antes calles, ahora afluentes, nuevos ríos
se afanan, llevándose a la mar lo perdido,
nada somos en la tormenta de verano.
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