No, no tuve el placer de conocerte, Mario, te fuiste muy pronto, con solo 27 años, dejaste a la poesía huérfana de ti, pero a los treinta años de tu partida, un amigo común, Roberto G. Krawiter, me contó parte de tu historia y me pidió que te dedicara un poema para homenajearte, y este es el resultado. (Click sobre enlace o imagen para ver videopoema)
A MARIO VIADEL MESTRE
Largo te lo fiaba en clave de sol,
en un verbo la vida se gastaba,
al Albor, que tus versos declamaban
la parca, que jugaba de farol.
Fueron treinta rendidas primaveras,
sin las flores latentes de tus manos,
son ausentes las lunas que pintamos,
rota la poesía postrimera.
Yace y pervive en los pechos amigos
el rumor de las letras preteridas,
pendientes de escribir con tu partida.
Juventud, en ti, eterna pretendida,
quedaron los poemas sin tu abrigo,
mil novecientos noventa y cuatro,
treinta años son testigos.
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