Hablamos de violencia de género y solemos simplificar el concepto al axioma: "hombre malo, mujer buena" y muchas veces es así, pero creedme cuando os digo que también existe el viceversa y lo veo a diario en mi despacho. Blancos y negros, pero también grises. También está el maltrato a la naturaleza, analogía que utilizo para representar personajes de este sainete vital. El maltratador, la maltratada, el legislador, la judicatura, denuncias y falsedades, etc. En boga hoy por los que se empeñan en publicar leyes incompletas, por mor absurdas y electoralistas premuras, que conducen al fracaso de una Ley que considero necesaria.
MALTRATO
Yo la he visto
caer.
Su trayectoria
oscilante,
hasta llegar al
suelo,
dibuja
filigranas doradas
en la
transparencia presente
del viento del
otoño.
Todos los días
la veo caer
pero es que el
viento del otoño es así:
sin nadie que
agite la rama
va eligiendo
hojas al azar,
También he
visto derrumbarse laderas,
rocas
impertérritas de siglos
a la que el
agua, sutilmente, a su paso,
va diluyendo
certezas y calizas
haciendo, de
los pies de barro,
la debilidad
del gigante.
Lo vi caer,
sigue cayendo,
y el estruendo
asusta a las mariposas,
pero es que el
agua sutil es así,
sin
pretenderlo, horada y diluye fortalezas.
Y también he
visto al leñador,
golpe a golpe
de su hacha,
derriba el
tronco, aún sin hojas,
con el invierno
secular agazapado
en la mochila
que acarrea.
Y a la
dinamitera
que odia la
sutileza del agua
y de un
plumazo,
borra la
montaña
de la faz de la
tierra.
Lo he visto y
lo he sufrido,
el leñador deja
un páramo desierto
tras la huella
de su hacha.
La dinamitera
deja un montón de escombros
tras la
explosión incontrolada.
Y también he
soñado ser útil,
el arquitecto
que diseña caminos
y hace, del
páramo y los escombros,
el sendero que
nos lleva a buen destino.
En ello estoy.
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