¡¡¡Va por todas!!!
Surcos de rabia por tu blanca tez,
esperas a la perdida conciencia
de aquel que fue y ya no es,
—mientras ardes en un infierno ajeno.
Sabes que gritar no mueve desiertos,
sólo el viento levanta sus arenas
y aún así no encuentras el momento
de girar en contra de tu planeta.
Y aquel que fue y ya no es.
Antes seda y ahora látigo,
palabra de amor y ahora soez,
derrama sobre tí el desasosiego.
Viste blanca la calma
en contra de su naturaleza cruel,
sobrevuela negruras,
¡abandona el que fue tu nido y cárcel!
¿Y ahora dices que no lo conoces?
Es tu nombre, tu nombre de mujer
¿ves? ¡es tu dulce nombre de mujer!
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