Hoy compartí paseo por las calles de Cádiz con mi gran amigo, editor y poeta: Manuel Rivera. Venido de Tarraco aunque nacido en Córdoba. Estuvimos escudriñando por las librerías de Cádiz en la búsqueda de unos libros, de materia específica, para documentar un proyecto común, de momento, en mente y, esperemos que más pronto que tarde, tome cuerpo en forma de libro.
A él va dedicado mi videopoema de este finde.
OCURRIÓ EN CÁDIZ
Nos cogió en la terraza de un bar,
enjugábamos incomprensiones
dentro de una jarra de cerveza,
hablábamos sobre la amistad.
Adoquinado granito gris
que oscurecía, de repente,
al compás del nublado gris
—al ritmo que se consumía
un cigarrillo entre tus dedos—
como aquella excusa tan inútil
de una nueva estúpida ausencia.
Ida y vuelta circunnavegamos
y, a veces, incluso nos reímos,
tú con la risa extraviada, a veces.
Por tomar la vereda del cante,
un solo número y dos libros:
son tesoros entresacados
del desván de un dispuesto paseo.
Y, casi de repente, la lluvia.
Nos cogió en la terraza de un bar.
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