A todos los bebés que iban llegando a mi familia, este poeta les hacía una nana. La última pequeñuela en aterrizar en este mundo es Martina, a ella va dedicada esta composición, que hasta me atrevo a cantársela, perdonad mi osadía...(Click sobre enlace o imagen para ver videopoema)
A MARTINA
Una alondra le canta
por la ventana,
a mi niña chiquita
cada mañana.
Dos ruiseñores
le hacen coro jugando
entre las flores.
Las luces de la calle
se van prendiendo,
la lunita se asoma
entre los cedros.
Noche de luna
se baña en el espejo
de la laguna.
Esponjita marina
en su piel morena,
jabón de glicerina
llanto sin pena.
No llores nena
calla y bebe los pechos
de tu madre buena.
Duérmete ya bien mío,
que arrecia el aire,
te quiere con locura
dice tu padre.
En la ventana
el canto de la alondra
ya suena a nana.
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