Cuando alguien, que ha compartido con nosotros el viaje de la vida, se va de ella por la causa que sea, deja un vacío perenne. Algún aroma, algún rincón, alguna imagen, nos vuelve a evocar a la persona amada. En el videopoema de esta semana, la evocadora es "Tu melena"
Tu melena
Dañan los suspiros de tu rechazo
el paso cambiado de mi presencia,
vuelan los versos vanos sin licencia,
sin encontrar la rima de tus brazos.
Noto las brasas, marcan a retazos
la piel estampada, lesa y tatuada
de ausencia de tu pelo en la almohada.
Dejaste viciado el aire en la estancia,
no puedo respirar sin la constancia
de sentir mi reflejo en tu mirada.
Tu melena, tu melena, ¡Ay dios mío!
que me enreda su falta cual sudario,
que su aroma me falte es el calvario,
que no cubra mi piel es viento frío.
Noto el tacto de seda en el vacío,
que dejaste colgado de la puerta
—esa que a sabiendas dejaste abierta—
para que huya mi vida a raudales,
sin más puntos de apoyo cardinales,
que el norte de tu melena desierta.
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